jueves, 5 de julio de 2012

Progreso


Sostenía un amigo mío con empeño que habíamos progresado mucho desde los tiempos en que vivíamos en grutas y chozas. Argumentaba de forma incontestable para refrendar su opinión la mejora de la calidad de vida, los servicios que la sociedad nos deparaba, las infraestructuras, los derechos humanos, el arte, la cultura, los transportes, la capacidad de alcanzar cualquier punto del mundo en un tiempo razonable, la facilidad de comunicación…
Es verdad, es increíble la cantidad de logros colectivos que hemos conseguido, pero…
Mientras asistía a la innumerable enunciación de maravillas no podía quitarme de la cabeza unas imágenes que me hacían dudar de tanta grandiosidad: No podía imaginarme una tribu en la que los cazadores dejaran morir de hambre a algunos componentes del poblado a pesar de haber comida. No conseguía representarme a los vecinos de un poblado pasando al lado de un vecino necesitado ignorando su nombre y mirando para otro lado. No conseguía formar en mi cabeza la imagen de una familia  integrante de la tribu siendo expulsada de su choza por falta de pago para dejarla continuación vacía mientras sus miembros han de buscarse la vida.
Y es que algunos no nos conformamos con nada. Tenemos todo el progreso del mundo a nuestro alcance y nos ponemos a pensar en desgracias.

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