viernes, 22 de marzo de 2013

Soy un Retrogrado Egoista


Llevo días esperando con ansiedad, escrutando con ilusión, leyendo y escuchando todos –todos los que el tiempo me alcanza- los medios de comunicación de un cierto rango con atención inusitada y día tras día me retiro a dormir con la frustración de no haber encontrado la noticia que tantos desvelos me produce.

Ha habido noticias relacionadas, noticias que bordean y parecen insinuar la que yo espero y desespero, pero la gran noticia, esa que pondrá a nuestro país a la cabeza de los logros científicos del siglo XXI, esa no acaba de asomarse para pasmo y envidia de detractores, descreídos y otras tribus que por el mundo pululan.

Primero fue la noticia de que la DGT tenía intención de cambiar los radares a puntos conflictivos en carreteras secundarias y señalarlos adecuadamente para atenuar la sensación puramente recaudatoria que ahora producen en el ciudadano. La excusa es perfecta, pero no es la verdad.

Después, apenas ayer, la primicia del helicóptero con radar capaz de medir la velocidad  a trescientos metros de altura y un kilómetro de distancia. La primera sensación del que escuchó la noticia, al menos la mía, fue la del cazador invisible, el predator inalcanzable incluso por los más sofisticados sistemas de detección de radares. Falso, en realidad es un elemento indispensable sin el que el proyecto final sería inviable.

La comunidad científica española está a un paso de presentar una nueva e infalible medida: el euro, no como valor monetario, no, si no como medida de aceleración o desaceleración de vehículos a motor. Este proyecto, impulsado por las mentes privilegiadas de la DGT y acogida con el entusiasmo característico de la comunidad científica española, pondrá a España en el mapa de la investigación mundial.

La definición de la nueva unidad sería: cantidad de euros de diferencia entre la sanción que habría recibido un vehículo al pasar de una velocidad inicial –de ahí el helicóptero-  a otra final a causa de la percepción de un radar –fundamental en carreteras secundarias donde la presencia inopinada es más inminente-. Por supuesto la nueva unidad iría acompañada de sus equivalentes en Km/h y m/s2.

Eso sí, la desinteresada participación del ciudadano le será comunicada por la vías normales adjuntándole una fotografía del momento y la certificación de los euros finales captados por la cámara percibida y/o la de los iniciales captada por el helicóptero.

Soy un retrogrado egoísta, no tengo intención ni deseo de colaborar.