A veces la acumulación de
información dispersa nos lleva a reparar en cosas que estando ahí todo el
tiempo nos pasan desapercibidas. Me explico.
Departiendo con una amiga sobre
las votaciones del pasado domingo me comentó que había votado al partido antitaurino
y contra el maltrato animal. Me pareció curioso porque no recordaba haber visto
la papeleta y porque todo lo que se postula como anti me produce un cierto
escozor. Solo una vez me llevaron a los toros, hace de esto muchos años, y
cuando en la pantalla del televisor aparece una corrida suelo cambiar de canal,
salvo que esté en la suerte de capote que reconozco que me fascina y aun no hay
sangre. En todo caso no soy un defensor de la llamada fiesta nacional, como soy
totalmente contrario a la crueldad en cualquier faceta, incluida la de los
animales, pero el hecho de que en la situación actual hay algunas personas cuyo
principal interés es el de defender a los animales me parece una pérdida de
perspectiva y una confusión de valores.
Hace poco en un programa
televisivo aparecía el famoso entrenador de perros mexicano que se ha
convertido en una estrella de la televisión americana. En ese programa
planteaba algo que me pareció elemental y es que el entrenaba a los dueños de
los animales, no a los animales, porque eran los propietarios los que con su
actitud les creaban a sus mascotas un problema de identidad que los llevaban a
olvidarse de su identidad animal y una vez inmersos en la confusión se
volvían ingobernables. Se me vino entonces a la memoria cierta señora que en
una junta de propietarios reclamó que ya que se obligaba a llevar a los perros
sujetos con correa se hiciera lo mismo con los niños que eran mucho más
molestos. Y también recordé a una amiga que tiene dificultades para poder comer
todo los días pero cuida de tres gatos que están lustrosos y cebones.
¿Y a que viene todo esto? Hace un
par de días murió un ganadero en un accidente de coche. La noticia y sus
circunstancias fueron publicadas en algunos periódicos y en sus ediciones
digitales. Debido a lo tremendo de las circunstancias entré a ver la noticia y
no pude evitar observar que algunos lectores "defensores de los
animales" le dedicaban a este buen señor unos comentarios de una crueldad
absolutamente desmesurada, incluso insultante, por su dedicación al mundo de la
cría de toros bravos.
No pude evitar que una reflexión
no menos dura que esos comentarios asomara a mi pensamiento, si algunos
individuos defienden a los animales lo hacen únicamente en defensa propia.
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