España es diferente. Si, ya se,
esto es una frase de promoción comercial del país creada por el franquismo,
pero que desgraciadamente refleja, retrata, plasma con asombrosa fidelidad una
realidad ancestral que parece que últimamente está exacerbada.
Yo veo con cierta perplejidad
añorante, y supongo que cualquier español con sentido crítico, como en los países
del mundo más allá de nuestras fronteras la gente se pelea con la misma bandera.
Es verdad que puede crear una cierta confusión a la hora de darse mamporros o
tiros, pero todo sea por el bien del país. En España no.
Para que en este país nuestro
podamos pegarnos lo primero es hacernos con una bandera, un himno y si es
menester hasta con una historia nueva. Una vez convenientemente equipados el
siguiente paso es reivindicar lo nuestro y considerar intolerable lo de los
otros, aunque sea lo legal. Es conveniente que quede claro que no hay razón posible
más que la nuestra y que los otros, los fachas, los rojos, los españoles, los
vascos, los catalanes, los monárquicos o los republicanos, no son más que unos
usurpadores de nuestra razón que no puede por más que ser la razón última de
todos.
Estoy harto, hasta los mismísimos,
de que ciertos personajillos vengan a recontarme la historia. Estoy harto, hasta
los mismísimos de revisiones históricas desde la ética actual. Estoy harto,
hasta los mismísimos, de que haya personas que se ofenden por ver una
manifestación una bandera ilegal mientras ellos lucen con orgullo no disimulado
otra tan ilegal como la que les ofende. Estoy harto, hasta los mismísimos, de escuchar
tras unas elecciones como el fin último de las mismas es denigrar y “dejar
fuera de la instituciones” a los representantes de la mitad de los votantes. Estoy
harto, hasta los mismísimos, de que me mientan, de que me etiqueten, de que me
escamoteen el pensamiento positivo y me ninguneen por no pertenecer a ninguna
razón última y definitiva.
Lo aviso, estoy en un tris de
hacerme una bandera, componer un himno y lanzarme a la calle convertido en un
nacionalista patrio renunciando a mi proverbial nacionalismo galáctico. No hay
nada más español que la falta de respeto hacia los demás y la falta de
educación.
Por cierto, y al hilo, nunca
había visto una manifestación tan profundamente española como la pitada al
himno del otro día. Yo que ellos me lo haría mirar.
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