Reparo ahora en que con la trama
siniestra de la confabulación electrónica hemos dejado de lado el hilo
argumental de la magia que veníamos siguiendo, y es que todo aquello que lleva,
contiene, sugiere o roza el tema de las conspiraciones levanta el interés,
devoción supongo en caso de que alguna iglesia, religión, intervenga, del ser
humano en general. Y es que yo creo que necesitamos pensar en tramas ocultas
para justificar la sinrazón en que vivimos sumergidos día a día. Trabajamos
como hormigas para otros, nuestro dinero presente y futuro no nos pertenece,
deciden por nosotros unos inútiles a los que no sabemos como erradicar y encima
pretendemos ser felices. Y luego le llaman utopía a los deseos de perfección.
Recordaba ayer, lo hago a menudo, Santa
María de Iquique –Chile-, donde cientos de trabajadores del salitre, hay quien
habla de dos o tres mil, fueron masacrados por declararse en huelga general.
Una de las reivindicaciones pasaba porque se les pagara con dinero corriente,
ya que les pagaban con dinero privado solo utilizable en las tiendas y
comercios pertenecientes a lo mismos propietarios de la explotación. De aquello
aprendieron los trabajadores, y los explotadores. Hoy en día ya no nos pagan en
dinero privado, se han limitado a privatizar el dinero de tal forma que todo el
que trabaja tiene a su alcance toda una serie de bienes siempre y cuando
trabaje para ellos, se lo pida por adelantado y esté dispuesto a devolvérselo
con beneficio. Es decir trabajamos para el sistema, que nos retribuye con una
parte parcial del beneficio y han encontrado la forma de que esa parte del
beneficio les sea devuelta generando más beneficio. Es lo que se llama un
negocio redondo. Nuestro trabajo solo es retribuido para poder garantizar
nuestro trabajo futuro.
Y encima hablamos de libertad, de
democracia, de partidos de vocación social. Eso si que es magia. La venda, la
mordaza, que la población mundial tienen puestas para no ser capaces de ver y
reconocer a los amos y su sistema si que son mágicas.
Pero magia negra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario