Es posible que yo esté
equivocado. Incluso, desde la perspectiva egoísta y endógena de los partidos
políticos, es seguro, pero tengo la impresión deque la jugada de Más haciéndose
a un lado cambia no solo la perspectiva de lo que sucede en Cataluña, si no la
de lo que debe de suceder en el resto de España.
Claro que siempre habrá quien
considere que sus propio ombligo es el único referente real de la política
patria y que es preferible, aun no entiendo cómo y con quién, un gobierno anti
un partido que un gobierno que forme un frente firme y sólido ante un ataque
directo a la legalidad, a la razón y al sentimiento de los que creemos que las
divisiones, sean las que sean, son anacrónicas y perjudiciales. Un ataque
directo a más de la mitad de los habitantes de un territorio que van a sentirse
abandonados a su suerte por unos partidos pretendidamente nacionales que no son
capaces de llegar a un acuerdo temporal que forme un frente común ante una
maniobra hábil y ladina.
Parece ser que los
independentistas catalanes son capaces de cualquier acuerdo, incluso este que
se me antoja inviable en el día a día, con tal de llevar adelante su proceso, y
parece que los que se consideran españolistas, o estatalistas si es que el
témino les ofende, o constitucionalistas si es que también les ofende, son
incapaces de apearse de unas posiciones que a día de hoy, y para este tema
concreto, hace falta que estén superadas.
Claro que a lo mejor el problema
es que nos ofenden tantas cosas, tantos nombres, tantas historias de un pasado común que somos
incapaces de superar y repetimos incesantemente, que lo de las dos Españas se
nos queda corto y estamos dispuestos a que sean tres antes de que se nos pueda
considerar algo prohibido y vergonzante.
O, a lo peor, es que el resto de
los españoles, incluido el cincuenta por cierto de los catalanes no
secesionistas, somos antes de derechas o de izquierdas que españoles, somos antes
socialistas o liberales –risa me da solo el enunciado- que españoles, somos
antes anti progres o anti fachas que pro españoles, que suena añejo y franquista
ya que, como todos sabemos, España es un país inventado por Franco al igual que
su historia, sus tradiciones y sus símbolos. Un país fascista necesitado de una
permanente redención que los demás países del mundo han alcanzado sin que se
sepa exactamente cómo, cuándo o por qué.
Ahora en cualquier otro país
coherente contra el juntos por el sí tocaría el juntos por el no, pero claro,
seguro, esto nunca ha sido un país, y yo no recuerdo, salvo en cierto breve
periodo constitucional reciente, que haya sido coherente.Pero para eso harían falta políticos, de los de verdad, de los que hacen política, y no funcionarios del congreso con aspiraciones a asiento de color azul.
Antes muertos que perder la vida,
antes matarnos que atender a razones ajenas, antes divididos que consecuentes.
Antes españoles, de los de siempre, que españolistas.
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