Entre mi mujer y yo hay una frase que nos ha dejado la experiencia
y que sirve para recordarnos que las cosas no habladas, las cosas que no se
cierran con tiempo y comunicación acaban pudiendo ser un auténtico
despropósito.
Viene la frasecita de cierta vez
que nos alojamos un par de días del mes de diciembre en una casa que
habitualmente alquilábamos durante el mes de agosto. Avisamos a los dueños que
íbamos a hacer un viaje por aquella zona y, como la casa estaba vacía, nos
dijeron de usarla, cosa que aceptamos dado que después de tantos años es como
nuestra casa. No preguntamos cuanto nos costaría, no nos dijeron cuanto nos
costaría, la casa en agosto es barata, eran dos noches, no es una empresa… pero
cuando preguntamos, casi por cortesía, lo que debíamos surgió la frasecita:
“Mira, ni para ti ni para mi… “, seguida de un importe disparatado, casi de
hotel de lujo. Tardamos algún tiempo en superar el estupor y una vez superado
nos quedó la cartera bastante más vacía, la frase para la memoria y una amarga,
pero divertida, experiencia.
Bueno, pues cuando esta mañana he
leído el resultado de las elecciones lo primero que me ha venido a la cabeza ha
sido la dichosa frasecita. Primero he pensado que mi cabeza se atenía solo al
sentido literal de la frase, es decir, no hay ganador –ya se, ya se, todos han
ganado-. Pero intentando entenderme un poco más he comprobado que no, que
estaba pensando en la experiencia completa, en que de esto vamos a salir un
poco, o bastante, más pobres, y al cabo de un tiempo vamos a quedarnos con una
experiencia amarga -incapacidad de pactar, de llegar a acuerdos, frentismo,
intolerancia- y divertida, aunque el humor sea negro y la risa nerviosa.
Ya la exhibición de incapacidad
de actitudes de estado del día después es patética. Todos hablan de diálogo al
tiempo que afirman rotundos que ya tienen su postura decidida. ¿De qué diálogo
hablan? ¿De quedar a tomar café? ¿De comentar las anécdotas de la campaña
electoral? ¿De hablar mal de los que no están presentes? ¿De comentar sobre el
tiempo o el coste de la cesta de la compra?
Tengo la impresión de que los
viejos partidos están dispuestos a infringir un severo castigo al pueblo por su
osadía de salirse de la fila, y la aún más triste impresión de que los nuevos
partidos mean agua bendita y cuando quieran darse cuenta la gente, castigada
por sus incapacidades y falta de cintura, volverá desencantada a la fila. Más
pobre, más triste y experimentada, pero sobre todo habiendo perdido una
oportunidad y una cuantas hilachas más de libertad.
Al final ni para ti ni para mí,
para ellos, para los de siempre, contra los de siempre. El juego continúa y las
cartas están marcadas.
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