domingo, 6 de septiembre de 2015

Una sociedad escandalosa

Escandalizarse es una de las grandes pasiones de la sociedad actual. Lo curioso es que siempre nos escandalizamos con grandes aspavientos y rimbombantes palabras de aquello que hacen otros cuya cara debía de haberse caído hace ya tiempo de vergüenza. Nos podemos escandalizar por los actos, las palabras o, incluso, los pensamientos que unos otros perpetran sin reparar en el daño que causan a nuestra inocencia.
Escandalizarse por la foto de un niño muerto, uno más, y no por los cientos, los miles, de personas de todo sexo y edad que a diario mueren por motivos tan dispares como el hambre, la guerra, la religión, la política o la ausencia de futuro, son ganas de sentirse a gusto con la propia conciencia y barrer la basura de la nuestra hacia alfombras ajenas.
Todos, toda la sociedad occidental, toda la llamada civilización actual, todos los que día a día alquilamos con nuestro trabajo la capacidad de una vida de confort y adormecimiento moral mientras contribuimos sin rechistar al fortalecimiento de poderes que ni conocemos y manejan el mundo para su mayor provecho, somos parcial, pero absolutamente, culpables de tolerar las causas que provocan esa imágenes.
Una sociedad que asiste desde el confort de su salón a la desgracia ajena y se escandaliza, es escandalosa
Una sociedad que tolera que le cobren las necesidades básicas como el agua, el calor o la comida para mayor comodidad propia y enriquecimiento ajeno,  mientras hay gente que carece de ellas, es escandalosa
Una sociedad que permite la destrucción diaria de sobrantes de alimentos y ropas de abrigo mientras millones de seres humanos sufren de su carencia, es escandalosa
Una sociedad que fomenta la exclusividad y el lujo mientras asiste a la marginación de seres humanos sin hogar, o que son expulsados de él para beneficio de otros, o que, simplemente, carecen de oportunidades para  acceder a una vivienda digna, es escandalosa.
Una sociedad que considera la formación y la educación como un lujo solo accesible para unos cuantos, es escandalosa
Una sociedad que permite que una persona gane en un día lo que un país necesita, y no tiene, para comer en un año, es escandalosa
Una sociedad capaz de gastarse en sus mascotas el dinero que necesitan los seres humanos para sobrevivir, es escandalosa.
Una sociedad que permite que en aras de unas interesadas ideas, o de un idioma, o de una situación geográfica, se mate, se viole, se mutile, se persiga y se escarnezca a otros, es escandalosa
Una sociedad que dibuja líneas imaginarias para repartirse el mundo y crea y fomenta la animadversión de los que están a un lado y otro de esas líneas, es escandalosa
Una sociedad que busca las diferencias para defender lo que tiene en vez de buscar las semejanzas para compartirlo, es escandalosa
Una sociedad que permite que la manejen, la manipulen y le digan cuando toca escandalizarse, con qué y durante cuánto tiempo, es escandalosa.
Una sociedad que permite, admite y acata leyes solo conducentes a la discriminación, sea del signo que sea, al predominio de unos sobre otros, sean mayorías o minorías, al enriquecimiento de unos cuantos, sean industrias o caciques, o al aumento del poder de unos determinados grupos, sean políticos o económicos, es escandalosa.

Y ahora, en un ejercicio posiblemente imposible de sinceridad, repasad conmigo los motivos de escándalo que he apuntado, marcad aquellos con los que estéis conformes y decid conmigo: “la sociedad en la que vivo es escandalosa” Y después ya podéis volver a vuestra rutina diaria. Por hoy ya hemos tenido suficientes emociones.

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