sábado, 26 de septiembre de 2015

Perdón Papá

Hoy me toca pedirte perdón, papá. Hoy me toca pedirte perdón aunque no valga para nada porque tú no vas a entender, a apreciar, a enterarte de que lo hago y porque aunque vaya acompañado del dolor del pecado, de  un acto sincero de contrición, el mundo, las circunstancias, las personas no cambiamos por el simple hecho de reflexionar y percibir el error. El mundo en el que vivimos es tozudo y nuestro recibo de alquiler de confort y derecho de pertenencia a esta nueva esclavitud que nos han preparado se come el tiempo necesario para atender a empresas más loables, para atenderte.
Te pido perdón, papá, por conformista, porque a pesar de que se en que te fallo no soy capaz de darle solución. Porque eso me privaría de mis expectativas sociales y económicas, porque mi familia se resentiría y no puedo permitírmelo. Porque cuando a veces me demandas tiempo para escucharte no lo encuentro por el trabajo, por el aparcamiento, por... nada que a ti ya te afecte salvo mi ausencia.
Te pido perdón, papá, por cobarde, por pusilánime, porque aun viendo cómo eres manejado, utilizado, usado como el clicmobil del alzheimer, llevado y traído como un muñeco que no siente, que no padece, soy incapaz de traspasar el muro que se ha edificado para evitar que pueda acceder a ti y plantear las soluciones que tú realmente necesitas, porque me escudo en el miedo a males mayores para no solucionar tus males presentes como yo creo que deberían de ser solucionados.
Te pido perdón, papá, por no conseguir que a tu alrededor entiendan, entendamos, que eres un enfermo, no un incapaz, un deficiente, un niño, no, solamente un enfermo que necesita del tratamiento afectivo, ambiental, humano necesario si no para curarte, que, tú no sé si lo sabes, pero yo sí, es imposible para la enfermedad que te aqueja, pero si para conseguir que tus días sean lo más felices que podamos conseguir.

Te pido, en fin, papa, perdón porque no fui capaz de hacer lo que debía cuando tu enfermedad asomaba y a tu alrededor se negaba. Porque no soy capaz de enfrentarme a lo que haga falta para que tu cotidianeidad sea la mejor posible. Porque quisiera y no me atrevo. Porque se y me excuso. Porque temo más al futuro que al presente. Porque siendo tu hijo, tu hermano, tu padre, no soy capaz de comportarme como tu tutor, como tu amigo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario