Hoy me toca pedirte perdón, papá.
Hoy me toca pedirte perdón aunque no valga para nada porque tú no vas a
entender, a apreciar, a enterarte de que lo hago y porque aunque vaya
acompañado del dolor del pecado, de un acto
sincero de contrición, el mundo, las circunstancias, las personas no cambiamos
por el simple hecho de reflexionar y percibir el error. El mundo en el que
vivimos es tozudo y nuestro recibo de alquiler de confort y derecho de
pertenencia a esta nueva esclavitud que nos han preparado se come el tiempo
necesario para atender a empresas más loables, para atenderte.
Te pido perdón, papá, por
conformista, porque a pesar de que se en que te fallo no soy capaz de darle
solución. Porque eso me privaría de mis expectativas sociales y económicas,
porque mi familia se resentiría y no puedo permitírmelo. Porque cuando a veces
me demandas tiempo para escucharte no lo encuentro por el trabajo, por el
aparcamiento, por... nada que a ti ya te afecte salvo mi ausencia.
Te pido perdón, papá, por cobarde,
por pusilánime, porque aun viendo cómo eres manejado, utilizado, usado como el clicmobil
del alzheimer, llevado y traído como un muñeco que no siente, que no padece,
soy incapaz de traspasar el muro que se ha edificado para evitar que pueda
acceder a ti y plantear las soluciones que tú realmente necesitas, porque me
escudo en el miedo a males mayores para no solucionar tus males presentes como
yo creo que deberían de ser solucionados.
Te pido perdón, papá, por no
conseguir que a tu alrededor entiendan, entendamos, que eres un enfermo, no un
incapaz, un deficiente, un niño, no, solamente un enfermo que necesita del
tratamiento afectivo, ambiental, humano necesario si no para curarte, que, tú
no sé si lo sabes, pero yo sí, es imposible para la enfermedad que te aqueja,
pero si para conseguir que tus días sean lo más felices que podamos conseguir.
Te pido, en fin, papa, perdón
porque no fui capaz de hacer lo que debía cuando tu enfermedad asomaba y a tu
alrededor se negaba. Porque no soy capaz de enfrentarme a lo que haga falta
para que tu cotidianeidad sea la mejor posible. Porque quisiera y no me atrevo.
Porque se y me excuso. Porque temo más al futuro que al presente. Porque siendo
tu hijo, tu hermano, tu padre, no soy capaz de comportarme como tu tutor, como
tu amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario