Varias veces he comentado sobre
esas personas que he denominado “los de toda la vida”, o fundamentalistas de
salón que en los últimos tiempos brotan por doquier y para cualquier tema, ya
sea político, religioso, deportivo o gastronómico, da igual, lo importante es
demostrar la superior cualificación, la ética impecable e implacable con la que
aplastar al perverso oponente, ¿Qué digo?, al enemigo despreciable.
La verdad es que la continua
afluencia de semejantes personajes en mi cotidianeidad me obliga a seguir
pensando en ellos y me hace que día a día transforme con mayor fluidez la rabia
de sentirme etiquetado por la conmiseración y la displicencia de ni siquiera
entrar en debate.
Pero entonces ¿los demás?
¿Quiénes somos los demás? ¿Hay demás? Pues sí, hay demás, pero es
imprescindible tener en cuenta que aunque la personalidad de cada uno lo
acerca, o sume, en un grupo determinado todos pertenecemos a casi todos los
grupos según el tema, el enfoque o lo que nos toquen las narices.
Así que dicho lo anterior, o
antedicho, solo nos queda ver que grupos son los que pueblan el mundo del
posicionamiento fiel pero variable:
- Los ya nombrados “de toda la vida” o de posicionamiento inamovible, fundamentalista e intransigente.
- Los indiferentes, que son la mayoría y a la que los “cultos” llaman la mayoría silenciosa. Dentro de este grupo están, y seguramente por eso son mayoría, los indiferentes estéticos, los indiferentes éticos, los idiotas –en el sentido estricto y original los que solo se ocupan de lo suyo-, los analfabetos funcionales y los incapaces de crear un criterio propio por falta de preparación, bilis o incapacidad intelectual.
- Los “antis”, que son aquellos que definida una posición X ellos siempre son –X, pudiendo ser X si la posición inicial fuera –X y variar en función de la variación ajena siempre al otro lado del eje. ¿Se me entiende? Yo tampoco a ellos, al menos no siempre.
- Los indecisos que nunca tienen clara cual es posición ni si esta es circunstancial o definitiva. ¿O tal vez no existen?
- Los de siempre. Este interesante grupo suele existir en oposición a “los de toda la vida”. Su posición es estable pero no fundamentalista y buscan la esencia real, la regeneración de las posiciones originales y la evolución ponderada en función de las necesidades globales de la vida o las personas. A él suelen pertenecer los pensadores alineados y los consecuentes.
- Los despreciables. Este grupo está, como ya he explicado alguna vez, compuesto por aquellos que no pertenecen a ninguno, o pertenecen a todos circunstancialmente, pudiendo en ocasiones defender simultáneamente una postura y su contraria, no por falta de convicción si no por exceso de análisis. Se justifica su existencia por la necesidad estadística de que en un estudio porcentual la suma de todos los grupos arroje como resultado 100. Esto es su cuantificación es 100 menos la suma de los otros. Del orden de 0,0….
Un despreciable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario